Vivienda unifamiliar con acceso desde la calle y parking para dos vehículos con acceso directo a la vivienda.
Al acceder a la casa, nos encontramos con una terraza. Esta terraza da acceso tanto a la entrada de la vivienda como al salón. También dispone de toldos para protegerse en las tardes de verano.
El recibidor de entrada nos da acceso tanto al salón y cocina, como a un aseo de cortesía y las escaleras de acceso a garaje y planta superior.
La cocina, dotada de todos los electrodomésticos y utensilios necesarios, así como cafetera y tostadora, tiene un agradable mobiliario con una encimera de granito rojo, un alicatado en gran formato blanco mate y una mesa comedor. Desde la cocina tenemos acceso a una pequeña terraza privada interior.
El salón se nos presenta como el gran centro neurálgico de la casa, donde poder reunirte con los amigos y disfrutar de la estancia. Su moderno mobiliario es reforzado por toda una pared de baldosa de fachada, que le aporta un toque elegante al espacio, junto con la cuidada iluminación. Dispone de un gran sofá chaislonge, un sillón, una amplia mesa de comedor y smartTV con internet.
Subiendo la escalera de acceso a la planta superior de descanso, nos encontramos un imponente cuadro del pintor abulense Riaño. Una vez arriba tenemos las tres habitaciones y los dos baños completos.
La habitación Master, con un gran armario japonés e íntima iluminación con tres lámparas de bola que cuelgan a ambos lados de la cama King Size, consta también de baño completo en suite con un amplio plato de ducha y una soleada terraza privada.
Las otras dos habitaciones comparten un baño con gran plato de ducha. En una de las habitaciones nos encontramos con 1 cama Queen Size y en la otra con 2 camas individuales de 1,05m. Las dos habitaciones tienen amplio armario.
Toda la casa dispone de calefacción por suelo radiante, así como aire acondicionado en el salón y la habitación Master, y ventiladores de techo en las otras dos habitaciones.
Wifi gratuito de alta velocidad en toda la casa.
La Edad Media en la meseta castellana fue turbulenta en cuanto a la seguridad ya que, a los ataques de los musulmanes que habitaban los reinos del sur, se unían las desavenencias entre el reino de León y el de Castilla.
Las aparentemente inexpugnables murallas de Ávila únicamente podían ser vencidas con un largo asedio o aprovechando un gran descuido de los defensores. Esta fue la ocasión que se les presentó a los batallones musulmanes: las tropas abulenses tuvieron que salir en dirección al Puerto de Menga, necesitando a todos los hombres en edad de luchar, posiblemente esperando sorprender a los atacantes. Sin embargo, éstos les habían engañado y deciden atacar la ciudad por otro frente al encontrarse indefensa.
Sin embargo, antes de partir, se nombró gobernadora a la brava Jimena Blázquez, mujer del alcalde. Sin saber de esta circunstancia, los moros deciden atacar la muralla. Con los primeros movimientos de tropa, Jimena reúne a todas las mujeres y éstas se visten con ropajes de guerreros, disponiéndose en las zonas más visibles de la muralla con antorchas encendidas, gritando y tocando las trompetas de guerra. Ante la circunstancia aparente de que Ávila se encuentra bien defendida, los árabes ni siquiera intentan el asedio. Jimena había salvado a la ciudad.
A partir de este momento, las mujeres abulenses tuvieron el privilegio de participar en las reuniones del Ayuntamiento.